domingo, 31 de octubre de 2010

Hablemos de Machado Ventura y la agricultura de Isla de Pinos.

Mario J. Viera


El Granma del 30 de octubre publicó dos noticias del ámbito nacional que me hicieron titubear sobre cual de ellas debía comentar.

La primera de ella se refería al regalo que le hiciera el corrupto Senado dominicano a la dictadura castrista en forma de una Resolución aprobada el pasado 8 de septiembre, donde se reclama la liberación de los cinco truhanes presos en Estados Unidos por espionaje a favor de la Seguridad del Estado de Cuba.

La resolución fue llevada a Cuba por un tal senador Félix Nova Paulino por la provincia Monseñor Nouel que debe ser un buen camaján dentro de la corrupta política dominicana. Un Senado donde faltó hombría para reclamarle a los Castro el respeto a los derechos civiles de los cubanos y la liberación de los presos de conciencia sin la opción del destierro. ¡Ay, América Latina, cuantos canallas se esconden en tus legislativos!

Me dio tanto asco  el acto miserable de descarada intromisión en los asuntos internos de Cuba por el Senado dominicano que decidí no dedicarle un comentario más extenso. ¡Allá se las vean ellos con su conciencia si es que la tienen!

Es mejor hablar de la visita del Sr. Machado Ventura a la Isla de Pinos (ridículamente rebautizada con “de la Juventud”).

Hay dos verbos que al periodismo oficial le agrada emplear, cuando se refieren a las visitas de funcionarios del régimen a cualquier lugar del territorio nacional, “evaluar” y “constatar” , sin desconsiderar el uso de otro socorrido verbo como el de “ratificar”.

El Granma informó sobre la evaluación que Machado Ventura realizó “in situ” de la producción de alimentos en la Isla de Pinos (de la Juventud). Yo me pregunto ¿qué rayos sabe Machado Ventura de agricultura como para poder “estimar, apreciar, calcular”, la producción agrícola de la Isla o de cualquier otro sitio? El puede, si le da la gana “convocar”, es el verbo utilizado por la redactora de la noticia, citar, llamar a los trabajadores agrícolas para que concurran a un lugar o acto determinado… No, no fue eso lo que él hizo; más bien reclamó o pidió a los campesinos y obreros agrícolas “aprovechar mejor las potencialidades y recursos naturales en pos de sustituir importaciones”.

Sí, el puede convocar a que se concurra a un acto y puede pedir la cooperación de los campesinos y obreros agrícolas a que apliquen lo que él solo conoce de oídas; pero no está capacitado para “evaluar”, tal vez, si acaso para tener alguna idea, bien ligera de la situación de la producción de alimentos y de lo que se necesita para que la agricultura garantice esa producción.

Es por estos evaluadores de la nomenklatura que la agricultura cubana no es capaz de satisfacer las necesidades alimenticias de la población. Machado Ventura podrá saber, si los años sin ejercer la profesión no se lo impiden, de medicina; podrá tener un amplio conocimiento de represión de las ideas, del ultra ortodoxismo partidario, pero de agricultura lo único que conoce es comerse un buen lechón asado.

De acuerdo con la reportera, Machado Ventura, constató (¡Dichoso verbo!) “las posibilidades de producir alimento animal como el sorgo, girasol, Leucaena, King grass y Canavalia, para la producción de carne, huevo y leche…” Tan solo con su visita el Primer Vicepresidente del Consejo de Estado dejó comprobado esas posibilidades, al menos es lo que se deduce del empleo del verbo constatar.

Según la reportera, el especialista de la empresa de proyectos agropecuarios, Carlos Díaz le informó al senil Vicepresidente que existe un plan de siembra de arroz de 40.6 cab que permitiría garantizar la demanda de 8.67 libras per cápita para la población de la Isla. Si consideramos que el rendimiento promedio nacional de arroz (según datos oficiales) es de mil 538.5 quintales por caballería el área de la isla considerada en el plan, caso de lograr el rendimiento nacional, obtendría una producción total de 62 463 quintales que para una población de 87 mil habitantes equivaldría a una entrega de solo 6 libras mensuales per cápita y no las 8.67 que se dice y que corresponde a una cuota diaria de 4.6 onzas por comensal.

Por otra parte la reportera señala que el propósito es que la Isla de la Juventud deje “de ser una carga para el país”. Esto es asombroso, decir sin pudor que una población del país constituye una carga para el resto del mismo. Es el concepto de centralización que tienen de la economía los usurpadores y de la mentalidad de cuotas a repartir partiendo de criterios burocráticos.

No es la constatación in situ ni la evaluación subjetiva de los funcionarios del gobierno lo que puede garantizar una agricultura progresista, sino la liberalización del mercado y la actividad campesina privada, sin injerencias estatistas; es garantizarle créditos a los campesinos y la posibilidad de acceso libre de estos a los insumos requeridos para su gestión, semillas, fertilizantes, plaguicidas, aperos de labranza manuales y motorizados y la posibilidad de la comercialización sin interferencias de sus productos. Sin esto no hay posibilidad de satisfacer la canasta alimenticia de la población, ni siquiera la canasta normada que ha establecido el gobierno castrista. Solo con una agricultura donde el productor privado pueda decidir qué sembrar, cuánto sembrar y donde comercializar su producción será posible “aprovechar mejor las potencialidades y recursos naturales en pos de sustituir importaciones”; solo así y no gracias a las exhortaciones de alguien que fue médico, que no sabe nada de agricultura, que solo conoce los medios de hacer más ingrata la vida de los cubanos y que ya debiera, desde hace mucho, haberse acogido, para el bien nacional, a la jubilación.

jueves, 28 de octubre de 2010

No hay punto de inflexión en la política castrista

Mario J. Viera



El Granma, en su edición del 28 de octubre ha publicado, bajo un titular de 15 palabras, un fragmento de la intervención del General Raúl Castro durante la clausura del IX Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas, celebrado 207 días antes.

Nos preguntamos ¿por qué en estos momentos? No creo en casualidades, con los métodos del castrismo nada ocurre por casualidad. ¿Se trata acaso de un mensaje dirigido a la Unión Europea y a todos aquellos que le piden cambios estructuralmente profundos en lo político y, en especial, en lo económico?

Es posible que sea así, al menos por el siguiente párrafo citado por el Granma:

“… Estamos convencidos de que hay que romper dogmas y asumimos con firmeza y confianza la actualización, ya en marcha, de nuestro modelo económico, con el propósito de sentar las bases de la irreversibilidad y el desarrollo del socialismo cubano, que sabemos constituye la garantía de la independencia  y soberanía nacional…”.

No queda claro a que dogmas se refirió Raúl Castro; porque hay muchos dogmas de su credo político que de ningún modo serán alterados. El dogma del partido único y de la llamada unidad del pueblo en torno suyo no puede variar, sería el fin del sistema. El dogma del internacionalismo proletario, ni contar con su modificación. El dogma de la lucha de clases, es la justificación del socialismo marxista. El dogma de la dictadura del proletariado, ni en sueños, porque es el fundamento de la dictadura castrista sobre el proletariado condición a que ha devenido la clase obrera cubana.
Es también un mensaje a los que creen de buena fe que dentro de la política del régime se ha producido un punto de inflexión. Nada más lejos de la realidad. Bajo el dogma de la independencia y soberanía nacional se plantea como irreversible el sistema. Ningún cambio en el programa irreal del desarrollo del socialismo cubano.

La intención de no cambios profundos queda ratificada en el siguiente párrafo:

“Debemos evitar por apresuramiento o improvisación, tratando de solucionar un problema, causemos otro mayor. En asuntos de envergadura estratégica para la vida de toda la nación no podemos dejarnos conducir por emociones y actuar sin la integralidad requerida”

¿Cuáles son esos “asuntos de envergadura estratégica” supuestamente para la vida de toda la nación? Sencillamente la continuidad en el poder de la elite partidista.

La “liberación” de los presos de conciencia no fue un acto conducido por las emociones. Fue una medida fríamente calculada para acallar las críticas internacionales. Para llevarla a cabo se buscaron un interlocutor neutro a la vez que imponían la condición del destierro para las excarcelaciones. No fue una sincera disposición para el diálogo sino un modo hábil de manipulación de la credibilidad de la Iglesia.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Una réplica a la réplica del hijo de Carlos Rafael Rodríguez.

Mario J. Viera


Como siempre en tantas ocasiones, la Asamblea General de las Naciones Unidas se pronunció mayoritariamente a favor del levantamiento del embargo que Estados Unidos mantiene sobre el gobierno castrista. Algún caramelito debía regalársele para endulzar un poquito las amarguras diplomáticas que ha estado tragando últimamente.

El encargado de cumplir las órdenes de los Castros en el plano internacional, Bruno Rodríguez Parrilla, un hijito de su papá nacido en México en 1958, intervino el 26 de octubre, ante el pleno de la ONU para replicar a los representantes de Estados Unidos y a la Unión Europea.

Bruno Rodríguez a quien la EFE ha caracterizado como un hombre “de ademanes pausados y sólida formación intelectual” es, no obstante un ejemplo palpable del nepotismo presente entre los miembros de la nomenclatura. Como hijo de Carlos Rafael Rodríguez pudo hacer una meteórica carrera política como otros distinguidos hijos, sobrinos y nietos de los distinguidos representantes de la revolución que pretendía suprimir los privilegios.

Por supuesto, durante sus años de estudiante sería uno de los dirigentes estudiantiles, como lo fuera el hijo del defenestrado Carlos Lage. Después de graduado se convirtió en profesor de Derecho Internacional Público en la Universidad de La Habana, supongamos que por su capacidad intelectual y no porque fuera el hijo del “histórico Vicepresidente” del Consejo de Estado y hombre de la completa confianza de Fidel Castro. No siempre hay que ser tan suspicaz.

Como entre los hijos de Cheo no se pueden buscar brillantes “cuadros”, Bruno fue pronto encumbrado al cargo de Secretario de Relaciones Internacionales de la Unión de Jóvenes Comunistas y director del panfleto propagandista – noticioso, Juventud Rebelde. Era la época de esplendor de Roberto Robaina como Secretario General de la UJC, quizá por ello Bruno no pudo brillar como máximo dirigente de la organización.

En 1990, gracias a sus “méritos revolucionarios” o tal vez a los de su padre, es electo al Comité Central del Partido Comunista.

De 1995 a 2003, cuando Felipe Pérez Roque era la estrella de la diplomacia castrista, Bruno, el hijo de Carlos Rafael, fue Embajador Permanente del castrismo ante las Naciones Unidas. Su voz sería, quizá, la voz del proletariado que jamás fueron, ni él ni su stalinista padre; ninguno de los dos, ¡jamás!, sudaron la camisa en trabajo obrero.

En 2006 ya era viceministro primero de Relaciones Exteriores. En ese año, cosas curiosas que suceden bajo el castrismo, Bruno Rodríguez, viajó a Pakistán como jefe, nada menos, de la Brigada Médica enviada a ese país como auxilio de las víctimas del terremoto que, el 8 de octubre de 2005, golpeó a la región de Cachemira.

El 2 de marzo de 2009 se convirtió, tras la caída en desgracia de Pérez Roque, en Ministro de Relaciones Exteriores de Raúl Castro.

Ahora, como si fuera él el artífice de la supuesta victoria diplomática obtenida en la ONU, Bruno Rodríguez se alza en la tribuna de la Asamblea General para lanzar sus réplicas. Réplicas que, por cierto, no tienen la brillantez de un Cicerón, como podría esperarse de tan destacado tribuno.

No voy a replicar sus réplicas en cuanto a lo que afirmara sobre Estados Unidos y la Unión Europea. Eso es asunto que corresponde a los representantes de Estados Unidos y de la Unión Europea y no asunto mío.  Voy a concretarme en algunas de sus opiniones que tocan a Cuba.

Refiriéndose al tema del genocidio, Bruno Rodríguez dice:

“El año pasado leí los artículos de las Convenciones correspondientes. Leo otra vez:
Artículo II: (…) Se entiende por genocidio cualquiera de los actos mencionados a continuación:
Inciso b) Lesión grave física o mental de los miembros del grupo; Inciso c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física total o parcial”

Estos argumentos pueden volverse en contra del régimen que el Sr. Rodríguez representa.

Los actos de repudio en contra de los opositores al castrismo, el acoso al que son sometidos por la Seguridad del Estado, los epítetos ofensivos lanzados contra ellos desde los medios oficiales y en boca de los altos funcionarios del gobierno, la represión policiaca y el encarcelamiento de los opositores sometidos a la condición de presos comunes, mal alimentados, golpeados muchos de ellos por las autoridades de los penales y a los que en muchos casos se les niega la debida atención médica ¿no son ejemplos de “lesión grave física o mental” de los miembros de un grupo de la sociedad cubana y la demostración de que se pretende el sometimiento intencional de ese grupo a “condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física total o parcial”?

Otras de las réplicas del funcionario castrista es la siguiente:

“… El propósito de Estados Unidos no es ayudar ni apoyar al pueblo cubano. Se sabe que el bloqueo provoca privaciones y sufrimientos. No provoca muertes porque la Revolución cubana lo impide (…) Si se quisiera ayudar o apoyar al pueblo cubano, lo único que habría que hacer es levantar el bloqueo de inmediato”.

En primer lugar el empleo del sustantivo “bloqueo” en sustitución del sustantivo “embargo” es una inconsistente falacia. Cuba no está bloqueada. A Cuba llegan barcos de diferentes partes del mundo. De Cuba salen barcos cargados de productos nacionales hacia muchos puertos extranjeros. De puertos en los Estados Unidos salen embarcaciones con productos alimenticios que el régimen cubano compra en este país aunque con la condición del pago en adelanto. Y es cierto que en Cuba hay “privaciones y sufrimientos”, pero que de ningún modo se deben al embargo comercial de los Estados Unidos. Las privaciones y sufrimientos que padece el cubano común y corriente se debe a la incapacidad del régimen de desarrollar una economía eficiente, a la degradación que la agricultura estatalizada ha provocado en grandes extensiones de sus antes feraces suelos. Lo primero que hay que levantar es el bloqueo que el gobierno castrista mantiene en contra de los cubanos.

“… Los cambios en Cuba son asunto de los cubanos ─ Proclamó Bruno Rodríguez ─. Cambiaremos todo lo que deba ser cambiado, para bien de los cubanos, pero no le pediremos opinión al gobierno de Estados Unidos. Escogimos libremente nuestro destino. Para eso hicimos una Revolución. Serán cambios soberanos, no "gestos". Sabemos que para Estados Unidos lo único suficiente sería instaurar en Cuba un gobierno pro-yanqui. Pero eso no va a ocurrir”.

Por supuesto, los cambios en Cuba es asunto de los cubanos. Los cambios que Cuba requiere no serán los nunca cumplidos cambios que durante más de cinco décadas ha prometido el castrismo, con su eterno clamar de “¡Venceremos!”,  siempre conjugado en un nunca alcanzado futuro. La historia no se detiene aunque a veces se produzcan engendros no viables en su continuidad, como son los estados totalitarios. Con el devenir histórico se superará la era sombría del castrismo y se establecerá fatal e ineluctablemente en Cuba un sistema democrático que sí será para el bien de los cubanos.

No merece una réplica la ridícula exigencia que planteara el insigne diplomático: … Eliminen las medidas de bloqueo que restringen severamente el acceso a internet de los cubanos”. Ahora resulta que son los americanos los que impiden que todos los cubanos puedan acceder a  la información que ofrece internet.

En otras de sus réplicas contra la Unión Europea, Bruno Rodríguez apunta: “Haría mejor en ocuparse de su brutal política anti-inmigrantes, de la deportación de minorías, de la violenta represión contra los manifestantes y de la creciente exclusión social de sus desempleados  y sectores de menos ingresos”. No voy argumentar en defensa de la Unión Europea, ya lo dije antes, eso es asunto de los europeos; simplemente me voy a referir al contraste de sus palabras con la realidad cubana.

En primer lugar, Cuba no es una plaza de interés para que se produzca en ella una masiva inmigración ilegal, cuando el hecho real es que los cubanos emigran masivamente hacia otros países buscando o bien una respirable atmósfera de libertad política o un lugar donde puedan vivir decentemente. En segundo lugar, tratando el asunto de la inmigración ilegal, sería conveniente que el diplomático graduado de Derecho lea el Código Penal vigente en Cuba. Efectivamente en el texto legal se lee en su Libro II, Título III, Capítulo XI, Sección Primera, el artículo 215.1que dice: El que, sin cumplir las formalidades legales o las disposiciones inmigratorias, entre el territorio nacional, incurre en sanción de privación de libertad de uno a tres años o multa de trescientas a mil cuotas. Y esta figura delictiva se aplica también al cubano residente en el extranjero que quiera entrar en su territorio nacional sin tener que conseguir el permiso de las autoridades del Ministerio del Interior para hacerlo.

Critica a la Unión Europea de “violenta represión contra los manifestantes” cuando esta es una práctica común en Cuba. Parece que se le olvidó el acoso y la violencia que las turbas del Ministerio del Interior utilizaron para impedir la manifestación pacífica de las Damas de Blanco. Olvidó la violencia que lanzaron contra el grupo de opositores que el 10 de diciembre de 1998 intentaron leer en el parque Butari la Declaración Universal de los Derechos Humanos, solo por citar dos casos de los cientos que se han producido en el país.

¿Exclusión de los desempleados y sectores de menos ingresos? Sr. Bruno Rodríguez se olvida Ud de que en Cuba, no son solo los desempleados y los sectores de bajos ingresos los que sufren de exclusión. ¿Acaso las bellezas naturales del país no las han puesto para el disfrute exclusivo del turismo extranjero y para los acomodados de la nomenclatura?

Para finalizar con broche de oro, el hijito de su papá, que nunca ha sudado la camisa y vástago de un bien conocido agente pagado del Comintern, de la dictadura de Stalin, molesto por la concesión del premio Sajárov a representantes de la disidencia cubana critica a la Unión Europea de premiar “a los agentes pagados del gobierno de los Estados Unidos en Cuba”. Miserable acusación planteada en un marco internacional contra la oposición política de Cuba por parte del representante de un gobierno que se prostituyó a los dictados del Kremlin para mantenerse en el poder y utilizar a los cubanos como carne de cañón en las aventuras imperialistas de la desaparecida Unión Soviética.

Algún dia no muy lejano será el pueblo cubano quien responderá debidamente a las réplicas, a las diatribas, a las mentiras del régimen que nutre a personeros sin escrúpulos como el tal Bruno Rodríguez.

martes, 26 de octubre de 2010

Dispersión

Lázaro González Valdés

Hasta hoy la tendencia ha sido atacar a quienes critiquen los procedimientos erróneos usados por las asociaciones (dentro o fuera de Cuba) para oponerse a la dictadura del partido comunista (PCC), sin considerar que esa respuesta protege formas de actuar causantes de la dispersión que impide el avance real de la causa de la democracia. Entre esos ataques destacan los manidos “la crítica se lanzó desde un cómodo escritorio en el exilio”, “le hacen el juego al castrismo” o simplemente se ignora lo dicho aplicando la siempre eficaz fórmula del silencio pero la democracia necesita de los debates, aunque sean cáusticos, porque sin ellos muere por desnutrición.
 
La primera causa de la dispersión es la constante fundación o relanzamiento de propuestas generalmente irrealizables por su dependencia del opresor PCC. Estos proyectos se justifican por lo general con la excusa de que la pluralidad de programas es signo de democracia, pero se omite que en Cuba este sistema desapareció de jure y de facto desde 1952.
 
Sobre este fenómeno el periodista Mario J. Viera avizoró desde Cuba en 1998: “La etapa actual se caracteriza por un debilitamiento de las posiciones contestatarias, un discurso político de extremada moderación, y la búsqueda de caminos que no llegan a ninguna parte, y que están totalmente cerrados por la propia armazón jurídica del sistema. (...) la formulación de un sinnúmero de proyectos conciliadores, cuyos objetivos esenciales son coincidentes con la propuesta del Foro Martiano, de Morejón Vitón, que pide a la disidencia interna el no ‘incrementar las contradicciones y los puntos de vista contra la esfera gubernamental" y en su lugar propone ‘aligerarlos o suavizarlos de manera que se reduzcan a un grado mínimo los conflictos y se garanticen iguales posibilidades en la participación del poder político’ (sic) (...) el retomar caminos ya desemprendidos que probaron en su momento ser un rotundo fracaso, como la solicitud a la Asamblea Nacional de un plebiscito (Leonel Morejón Almagro) o la modificación de la Ley Electoral (Proyecto Varela)” (Lea el artículo completo aquí).
 
Lamentablemente doce años después persiste el escenario descrito por Viera, por ejemplo, el 19 de octubre del presente la Fundación para el Cambio Participativo exhortó a “retomar la participación ciudadana en el espacio político oficial, defender la viabilidad de la pequeña y mediana propiedad privada, y promover los cambios necesarios en las partes para unas elecciones democráticas”. Además los fundadores de esta alianza consideran “novedosa” su proposición y según ellos constituye un “un paso de acercamiento a las autoridades” (Lea la propuesta original aquí).
 
Sobre este plan (fracasado en varias ocasiones anteriores) de participar en los presuntos espacios políticos existentes en Cuba para promover cambios y llegar a la celebración de elecciones auténticas a través del arbitrario ordenamiento jurídico impuesto por el PCC, basta con recordar que el Artículo 5 de la Constitución proscribe cualquier partido político excepto el comunista por lo tanto ¿cómo conseguirán sus metas los integrantes de la Fundación para el Cambio Participativo considerando los fracasos anteriores mencionados por el periodista Viera?
 
Teniendo en cuenta el conciliábulo entre el PCC y sectores del catolicismo es válido cuestionar: ¿Habrá también negociaciones ocultas en las que el régimen comunista prevé legalizar aquellos grupos disidentes que acaten las reglas de un juego seudo democrático? La respuesta se sabrá en breve pero a falta de pruebas diré por ahora que esos planes impracticables son producto del desgaste, la desunión y la inmadurez política de sus proponentes.
 
A continuación otros procedimientos y posturas que desde mi punto de vista causan la dispersión de las fuerzas democráticas:
 
-         Cada líder de grupo quiere imponer su propuesta como la fórmula de salvación nacional y por lo tanto tiende a rechazar las de otras organizaciones.
-         Las alianzas carecen de planes efectivos (en ocasiones están fuera de la realidad) y de cronogramas para el cumplimiento de los acuerdos pues no se establecen metas a corto, mediano y largo plazo.
-         Los movimientos unitarios por lo general se efectúan entre grupos afines ideológicamente, lo que es natural en sistemas democráticos pero ilógico en una dictadura totalitaria a la cual le conviene que sus adversarios estén fraccionados.
-         En sentido general el movimiento carece de un medio de prensa eficaz, y no aprovecha al máximo posibilidades tecnológicas como los teléfonos celulares e Internet.
 
Estos problemas se observan en Cuba y en las comunidades de cubanos en países extranjeros. No tendrán solución hasta que los activistas comprendan que la unidad (en igualdad de condiciones, con los mismos derechos y deberes, sin agendas previas ni compromisos de carácter político o económico) para echar del poder al PCC mediante un plan realista y viable sería el primer golpe mortal a la dictadura. Lo contrario es seguir en la dispersión y relanzar fuegos artificiales de esperanzas que se desvanecen rápidamente.

Participar… OK, pero ¿Con quién?

Mario J. Viera

Tras leer la nota informativa de la periodista independiente Ana Aguililla en la que da a conocer la creación de una llamada Fundación para el Cambio Participativo, me he quedado con muchas preguntas en el magín.
La primera pregunta que me viene a la mente es la siguiente: ¿Se trata de una organización disidente o de una ONG como otras tantas que existen en Cuba bajo la mirada complaciente del gobierno como pudieran ser la Fundación Para la Naturaleza Antonio Núñez Jiménez, el Centro Memorial Dr. Martin Luther King, el Centro Félix Varela, la Fundación Fernando Ortíz y otras de igual estilo? Digo esto por aquello que nos informa la periodista independiente de que se trata de “un paso de acercamiento a las autoridades”.
Segunda pregunta: ¿Cuál es la “táctica” que se pretende cambiar? Porque se dice que es “una propuesta participativa que constituye (…) un cambio de táctica”. ¿Será que se propone sustituir la labor contestataria por una táctica de acercarse a los jerarcas del régimen? Esta es la tercera pregunta.
La pregunta número cuatro es la siguiente: ¿En qué momento la ciudadanía en Cuba tuvo participación en el espacio político oficial? No puedo recordar cuando los ciudadanos, a no ser los denominados revolucionarios, antiguos guerrilleros, fidelistas y comunistas, tuvieron participación en el espacio político oficial. El espacio político oficial, según lo que conozco de Cuba, está conformado por las estructuras del Partido Comunista, principalmente  su Buró Político, la Unión de Jóvenes Comunistas, los Comités de Defensa de la Revolución, la Federación de Mujeres Cubanas, la Asamblea del Poder Popular y el Consejo de Estado. No conozco otro espacio político “oficial” en Cuba. Entonces, ¿cómo la Fundación para el Cambio Participativo propone retomar lo que nunca estuvo tomado?
La sexta pregunta: ¿Con qué fuerza popular cuenta la Fundación para impulsar la participación de la ciudadanía con el gobierno para “defender la viabilidad de la pequeña y mediana propiedad privada y promover los cambios necesarios en las partes (por partes creo entender que la Fundación comprende a la sociedad civil y al gobierno) para unas elecciones democráticas”?
Vayamos despacio. Para contar con una fuerza movilizadora, la Fundación tiene que hacer que sus propuestas sean conocidas por la población, obtener luego su aprobación y tener capacidad suficiente para poner en movimiento a un numeroso grupo de suscriptores, y cuando digo numeroso, quiero decir contar con miles, con cientos de miles de ciudadanos que se decidan a respaldar la promoción de los cambios necesarios para unas elecciones democráticas. Dudo mucho que la Fundación para el Cambio Participativo pueda lograr tal cosa cuando en su reunión constitutiva solo pudieron participar el 30% de los integrantes de su directiva, en tanto el 70% de la misma fue anulada por los operativos policiales.
Cuando se entenderá que en Cuba no existen resquicios legales para impulsar proyectos participativos. Cuándo seremos tan maduros como para actuar con los pies sobre la tierra y sin la cabeza entre las nubes y darnos cuenta que queda mucho por hacer en Cuba y comprender como cierto lo que Gerardo Machado afirmara al decir que con papelitos a él no lo tumbaban. No se trata de hacer pantomimas para buscar el aplauso de la galería.
El régimen castrista es monolítico. Con propuestas de acercamiento, de participación en el espacio político oficial solo se estará perdiendo el tiempo y lo más terrible, hacerle perder el tiempo a los que buscan cambios por la vía contestaría.
La Constitución de 1976 reformada en 1992 deja bien claro en su artículo cinco que el Partido Comunista “es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, que organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista”, y el artículo 7 establece con precisión: “El Estado socialista cubano reconoce y estimula a las organizaciones de masas y sociales, surgidas en el proceso histórico de las luchas de nuestro pueblo, que agrupan en su seno a distintos sectores de la población, representan sus intereses específicos y los incorporan a las tareas de la edificación, consolidación y defensa de la sociedad socialista”.
Fuera del partido no queda espacio para ninguna otra organización política y solo se reconocen las organizaciones de masas y sociales las únicas participativas en la edificación, consolidación y defensa de la sociedad socialista. Mi última pregunta, ¿es este el tipo de participación de acercamiento a las autoridades la que pretende la Fundación para el Cambio Participativo?
Quisiera tener respuestas para todas mis preguntas. Es muy bueno participar en proyectos sociales, la cuestión es saber con quién se participa.

domingo, 24 de octubre de 2010

Las promesas de los candidatos

Mario J. Viera

Ya estamos a pocos días de las elecciones. La campaña de los candidatos a distintos puestos de elección se agudiza. Republicanos y demócratas utilizan todos los medios para obtener el apoyo del electorado, desde los ataques personales a los adversarios hasta atractivas promesas.
El duelo parece centrarse entre los candidatos republicanos y las vedetes del Tea Party, por una parte y los candidatos demócratas por otra.
Se mueven millones, se agitan intereses, y al electorado se le trata como a tontos útiles sin mayor respeto por su inteligencia.
Todos o casi todos, se muestran como ejemplo de familia equilibrada. Sonríen mostrándonos a sus distinguidas esposas o hermosos hijos. Como si el tener mujer distinguida y hermosos hijos sea la garantía de una actuación ética en los puestos de gobierno. ¿Por quién vamos a votar? ¿Por los candidatos o por sus amables familias? ¡Qué puede importarme a mí, como votante, que el candidato críe a sus hijos, o no, en el distrito por el que se ha postulado! ¿No sería más interesante que nos den a conocer su programa, su plataforma, para poder decidir a conciencia cual de esos candidatos nos ofrecen, o nos prometen soluciones inteligentes para los problemas que a todos nos afectan y, en consecuencia, brindarles nuestro apoyo?
Algunos candidatos nos aseguran que son conservadores y nos prometen defender los valores del conservadurismo que, según ellos son la fuerza del progreso de los Estados Unidos, ¡valga la antonimia! Sin embargo no describen el conservadurismo que defienden, ni dan razón concreta, no abstracta, en qué puede beneficiarnos ese conservadurismo a todos  como conjunto de toda la nación.
Todos, sin exclusión, aseguran que, si son electos, garantizarán empleos; pero ninguno nos dice como podrán garantizar tal promesa. Promesa tentadora en un momento de crisis y de elevada tasa de desempleo. Esto me recuerda las promesas de los politiqueros cubanos de antes del castrismo: Todos prometían construir puentes y si no había ríos donde construirlos, pues harían el río…
Otros hablan de bajar los impuestos (por cierto, en beneficio de las grandes corporaciones); pero de ningún modo condenan los altos intereses que cobran los bancos por las tarjetas de crédito o por las hipotecas inmobiliarias; ni condenan las altas pólizas que imponen las compañías aseguradoras, ni las elevadas tarifas de las empresas eléctricas y telefónicas,  mucho más dañinas al bienestar de la población que unos impuestos que graven a los más poderosos.
¿Y qué decir de la campaña en contra de la Enmienda 4 de la Florida? Nos dicen que si se aprueba se aumentarán los impuestos y se perderán miles de empleos; pero no nos argumentan cómo se producirán tales angustiosos presagios. Solo afirmaciones sin un razonamiento inteligente. Nada dicen que quienes impulsan el rechazo de esa enmienda son importantes empresas de construcción que han invertido muchos millones en esa campaña.
A diferencia de los opositores a la Enmienda 4, los patrocinadores de la misma, la Florida Hometown Democracy dan argumentos. Según sus patrocinadores: La Enmienda 4 le dará a los votantes control sobre cómo sus comunidades crecen. Bajo la Enmienda 4, su comisión de ciudad o condado estudiara y votará, como de costumbre sobre los cambios propuestos al plan local del amplio uso del terreno, que es un plan para el desarrollo futuro. Los cambios de plan aprobados por la comisión serán presentados a ustedes - los votantes - en la balota electoral en el próximo día programado para las elecciones. Usted tendrá derecho de vetar o aprobarlos. Es así de simple. La Enmienda 4 no exige elecciones especiales.
Sobre este tema, Daniel Shoer Roth señaló en el Nuevo Herald: “En los medios nos están bombardeando con comerciales alarmistas que acusan a Hometown Democracy, el movimiento que promueve la Enmienda 4, de ser una idea fatalista para dejar a la Florida en ruinas, causar desempleo y agravar a los contribuyentes con más deudas al fisco. No se fíe ciegamente. Los anuncios son financiados por organizaciones mercantiles e industriales que ayudaron a inflar la burbuja inmobiliaria que causó la hecatombe hipotecaria”.
Cuando ejerzamos el derecho al voto debemos analizar varias cosas. Primero: ¿Cuál ha sido la trayectoria política del candidato? Segundo: ¿Qué argumentos de peso sostienen sus propuestas que no sean simples aseveraciones demagógicas? Tercero: ¿Qué intereses se mueven detrás de su candidatura y le apoyan con fuertes aportes económicos? Cuarto: ¿Tendrá la firmeza de principios de votar en contra de una propuesta que beneficie a sus patrocinadores, o simplemente se rendirá ante el conflicto de intereses que le plantea el apoyo interesado de algunos de sus promotores?
La democracia no puede ser un juego de pasiones. El votante debe actuar con sentido pragmático y no movido por el embrujo de las ideologías. No se trata de defender sin criterio propio la posición de uno u otro partido aunque el elector sea de uno u otro partido. Esa es la cultura democrática, una cultura que la politiquería de muchos candidatos ha desvirtuado hasta la condición de agitación de masas.

sábado, 23 de octubre de 2010

Cuando los historiadores manipulan la memoria de la nación

Mario J. Viera

La edición del Granma del 23 de octubre reseña un insípido diálogo con el presidente de la Unión de Historiadores de Cuba y también presidente del Instituto de Historia de Cuba, Dr. Raúl Izquierdo Canosa, que no por insípido deja de ser interesante para exponer algunas reflexiones.
“… entre libros, sumergido en indagaciones y nuevos proyectos”, el distinguido historiador oficialista nos hace comprender que la Historia es una disciplina científica, base ideológica de la revolución.
Veamos, en primer lugar la definición que nos da Wikipedia del concepto ciencia, tomado, con modificaciones de la definición de ciencia del Diccionario de la Real Academia Española. Según, esta denominada Enciclopedia libre, la ciencia (del latín scientia “conocimiento”) “es el conjunto de conocimientos sistemáticamente estructurados obtenidos mediante la observación de patrones regulares, de razonamientos y de experimentación en ámbitos específicos, de los cuales se generan preguntas, se construyen hipótesis, se deducen principios y se elaboran leyes generales y esquemas metódicamente organizados”. El mismo Diccionario de la Real Academia Española nos define Historia como la “narración y exposición de los acontecimientos  pasados y dignos de memoria, sean públicos o privados. Disciplina que estudia y narra estos sucesos”, y también, “conjunto de los sucesos o hechos políticos, sociales, económicos, culturales, etc., de un pueblo o de una nación”.
Concluyendo, podemos decir que la Historia no es una ciencia, porque no permite estructurar sistemáticamente los conocimientos que nos aporta ni es posible la realización de experimentos sobre ella para la construcción de hipótesis y la elaboración de leyes generales. La Historia es pues, una disciplina narrativa e interpretativa de los hechos del pasado. El marxismo ha pretendido establecer Leyes históricas, a partir de generalizaciones arbitrarias para definir los modos históricos, como la descomposición del régimen gentilicio, el esclavismo y el feudalismo, como Leyes generales del acontecer histórico, desconociendo que estas etapas no siempre  se presentaron en todas las sociedades ni tuvieron las mismas características, ni que la lucha de clases fuera el motor de todo el acontecer histórico.
He aquí pues la primera incongruencia del “interesante” diálogo sostenido por la reportera Raquel Marrero Yanes, que firma el artículo del Granma, con el presidente del Instituto de Historia de Cuba.
La segunda incongruencia es afirmar que la historia de Cuba es la base ideológica de la revolución castrista. Nada más apartado de la verdad. La historia de Cuba no presenta ningún antecedente de la llamada revolución, sino todo lo contrario. La primera insurrección contra la metrópolis española fue de carácter anexionista dirigida por el venezolano Narciso López antiguo general del ejército español y la bandera que ondeara en 1850 en la ciudad de Cárdenas estaba inspirada en la bandera de los Estados Unidos. Es un hecho comprobado y documentado que la aspiración del Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes era lograr la anexión a los Estados Unidos y que por la indecisión de los americanos la guerra de 1868 se transformó en una de carácter independentista que luego se definiría de manera más radical en la guerra inspirada por José Martí de 1895.
José Martí, hombre de ideas liberales, en diversas ocasiones se manifestó en contra del socialismo y criticó a Karl Marx aunque sin dejar de reconocer que como “se puso del lado de los débiles, merece honor” para agregar a continuación: “Pero no hace bien el que señala el daño, y arde en ansias generosas de ponerle remedio, sino el que enseña remedio blando al daño. Espanta la tarea de echar a los hombres sobre los hombres…”
Ignacio Agramonte en el discurso de investidura como graduado de Derecho dijo: “La sociedad no se comprende sin orden, ni el orden sin un poder que lo prevenga y lo defienda, al mismo tiempo que destruya todas las causas perturbadoras de él. Ese poder, que no es otra cosa que el Gobierno de un Estado, está compuesto de tres poderes públicos, que cuales otras tantas ruedas de la máquina social, independientes entre sí, para evitar que por un abuso de autoridad, sobrepujada una de ellas a las demás y revistiéndose de un poder omnímodo, absorba las públicas libertades, se mueven armónicamente y compensándose, para obtener un fin determinado, efecto del movimiento triple y uniforme de ellas”.
No son estas palabras, precisamente, una confirmación de “la base ideológica de la revolución” conducida por Fidel Castro y continuada por el heredero.
Aún más definitorias son estas palabras del Bayardo:Al derecho de pensar libremente corresponden la libertad de examen, de duda, de opinión, como fases o direcciones de aquél. Por fortuna, éstas, a diferencia de la libertad de hablar y obrar, no están sometidas a coacción directa; se podrá obligar a uno a callar, a permanecer inmóvil, acaso a decir que es justo lo que es altamente injusto. Pero ¿cómo se le podrá impedir que dude de lo que dice? ¿Cómo que examine las acciones de los demás, lo que se le trata de inculcar como verdad, todo, en fin, y que sobre ello formule su opinión? Sólo por medios indirectos; la educación, las preocupaciones, las costumbres, influyen a veces coartando el franco ejercicio de ese derecho, que es la más fuerte garantía para la sociedad y el Gobierno de un Estado que se funda en la verdad y la justicia”.
Estas frases constituirían en la Cuba del castrismo una declaración subversiva, contrarrevolucionaria, delictiva, merecedoras de una larga condena de prisión.
El pensamiento liberal de Agramonte se opone a la sociedad igualitarista. El individualismo es la esencia de la libertad: “Funestas son las consecuencias de la intervención de la sociedad en la vida individual; y más funestas aún cuando esa intervención es dirigida a uniformarla, destruyendo así la individualidad, que es uno de los elementos del bienestar presente y futuro de ella. Debe el hombre escoger los hábitos que más convengan a su carácter, a sus gustos, a sus opiniones y no amoldarse completamente a la costumbre arrastrado por el número”.
La centralización de todos los poderes en una élite partidista, característica fundamental del régimen impuesto en Cuba es rechazada, como el comunismo por Ignacio Agramonte: “La centralización hace desaparecer ese individualismo, cuya conservación hemos sostenido como necesaria a la sociedad. De allí al comunismo no hay más que un paso; se comienza por declarar impotente al individuo y se concluye por justificar la intervención de la sociedad en su acción destruyendo su libertad, sujetando a reglamento sus deseos, sus pensamientos, sus más íntimas afecciones, sus necesidades, sus acciones todas”.
La tercera incongruencia en el diálogo con el “historiador” Izquierdo Canosa se expone cuando afirma: “El historiador trabaja con la memoria de la nación, por eso debe hurgar en sus raíces y reconstruir con visión objetiva los hechos…”. Reconstruir los hechos; es decir, manipular la historia para amoldarla a la ideología. Trabajar con la memoria de la nación al estilo del Ministerio de la Verdad de la novela de George Orwell, 1984 con su filosofía de que “el que controla el pasado, controla también el futuro. El que controla el presente, controla el pasado” cambiaba los hechos, los borraba de la memoria.
La nueva memoria de la nación es la exaltación de la personalidad del Comandante en Jefe. Es crear una epopeya de una rebelión que por azar del destino cayó sin oponentes en manos de Fidel Castro y le elevó a las cumbres del poder. Es borrar o modificar el pasado para controlar el futuro, y controlar el pasado con el control del presente.
El nuevo Ministerio de la Verdad, la Unión Nacional de Historiadores de Cuba, como aparato centralizado por el Partido Comunista podrá manipular la memoria de la nación por algún tiempo más, podrá engañar por mucho tiempo a una parte de la nación, pero la verdad histórica está viva, aletargada tal vez, pero viva y no se podrá engañar a toda la nación por todo el tiempo.

jueves, 21 de octubre de 2010

La degradación de los suelos de Cuba. Un hecho alarmante. Mario J. Viera

I
En la edición del 11 de octubre pasado, el Granma con su acostumbrado lenguaje triunfalista para tratar los trastornos internos, recoge la declaración de Artemio Chacón Ramírez, especialista en suelos de la provincia de Holguín, afirmando que más del 40 % del área agrícola del país está afectada por erosión, mal drenaje, bajo contenido de materia orgánica y la reducida fertilidad; estima además el especialista que este mal se agudiza por los efectos de la acidez y la compactación de los suelos. A continuación adelanta la desconsoladora cifra de que cerca del 80 % del área agrícola holguinera  está afectada por la erosión.
Estos negativos resultados se evidenciaron luego de las más de 1900 inspecciones, según el Granma, que se realizaron en el presente año dando cumplimiento a lo establecido en el Decreto-Ley 179 Sobre Protección, Uso y Conservación del Suelo, un instrumento jurídico que entrara en vigencia hace 17 años. Diecisiete años de tardanza para aplicar las medidas de control que se pretendían con ese Decreto Ley.
Por el Artículo 6 de ese Decreto Ley se establecía “el servicio de suelos y agroquímicos que comprenderá el conjunto de actividades dirigidas a garantizar la protección, el uso correcto y la rehabilitación de los suelos”; y su Capítulo III dirigido a la conservación, rehabilitación y mejoramiento de los suelos estipula en su Artículo 10 la obligación de “los usuarios del suelo” a conservarlos y a protegerlos contra  la erosión, la salinidad, la acidificación, la alcalinización, la contaminación y cualquier otra forma de degradación de los mismos.
Diecisiete años después los “usuarios de los suelos” parece ser que nada o muy poco hicieron por cumplir ese artículo 10. Pero, atención, la mayoría de las tierra agrícolas de Cuba están en manos del Estado, independientemente de que se haya adoptado una aparente tenencia privada de la tierra con la creación de las Cooperativas Básicas de Producción Cooperativa (UBPC) en 1993 a partir de la subdivisión de antiguas empresas agrarias estatales y dadas en usufructo a su colectivo de trabajadores; sin embargo estas llamadas cooperativas funcionan bajo los preceptos de la dirección estatal que establece las nombras de siembra y planes de producción.
Las CPA (Cooperativa de Producción Agropecuaria) son en realidad un tipo muy especial de propiedad estatal bajo la apariencia de cooperativa de productores privados. Debe quedar establecido que el campesino que incorpora sus tierras a una CPA, vende su propiedad al ente ficticio, la Cooperativa y si quiere romper el vínculo cooperativista no puede recuperar la tenencia de sus tierras. De este modo, las CPA, cuyos presidentes en gran parte son electos por los candidatos del Partido Comunista y muchos de ellos ni siquiera eran propietarios de tierra agrícola alguna, se van convirtiendo de hecho en propiedad estatal.
En opinión de José R. González y Arturo Pino (Cuban Center for Cultural Social & Strategic Studies, inc): “Al sector estatal pertenecen las Empresas Agrícolas Estatales propiamente dichas y las Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA), una forma «sui generis» de empresa estatal (…). Al sector considerado privado por el Estado pertenecen las Unidades Básicas de Producción Cooperativa «UBPC» (creadas en 1993), que se encuentran controladas por el Estado aunque teóricamente son privadas y tienen cierta autonomía; se incluyen también en esta clasificación los pequeños propietarios de fincas que son los únicos verdaderamente privados en este complejo panorama. El cuadro siguiente permite tener una mayor precisión al respecto, y muestra las variaciones que se han producido en la tenencia de la tierra en Cuba en los últimos años, diferenciando al sector verdaderamente privado del «cooperativo»”.
Citado por estos autores se presenta el siguiente cuadro, correspondiente al año 1997:
Miles de hectáreas (porcentaje del total)
AÑO
1989
1995
1997
Sector estatal
3,441 (78.0%)
978 (25.7%)
960 (25.5%)
«Cooperativas»
450 (10.0%)
2,235 (58.7%)
2,228 (59.2%)
Sector privado
520 (12.0%)
594 (15.6%)
573 (15.3%)
TOTAL
4,410 (100%)
3,807 (100%)
3,761 (100%)
Fuentes: Informe CEPAL (1997). Independientes.
Es decir, en opinión de esos autores, opinión que comparto como también comparte el Ing. Agrónomo Juan Pablo Pérez González en la revista digital Convivencia desde el interior de Cuba, al sector privado, las CCS (Cooperativas de Créditos y Servicios), solo le corresponde el 15.3 % de las áreas agrícolas del país, o algo ligeramente mayor si consideramos a los productores privados que han recibido tierras ociosas en usufructo para su cultivo personal.
En general todos los especialistas de suelos y agrónomos cubanos coinciden en señalar que los factores degradantes de los suelos de Cuba son la erosión, el  mal drenaje, la compactación, la acidificación, la pérdida de materia orgánica y la salinización, debidos a causas naturales, como el tipo de suelo, la pendiente, las precipitaciones y, muy principalmente el factor antrópico, la actuación del hombre sobre la naturaleza.
Tomando como base los datos presentados por la especialista del Centro de Información, Gestión y Educación Ambiental. María Nery Urquiza, los principales suelos dedicados a la agricultura en Cuba son los Ferralíticos que representan el 24.22 % del área total nacional; los suelos negros plásticos, con el 12.03 %; los suelos Fersialíticos con el 25.64% y los suelos pardos con el 11.43 %. Estos dos últimos suelos se encuentran por lo general en áreas onduladas presentando pendientes que propician naturalmente la erosión laminar o erosión debida a la escorrentía del agua de precipitaciones. Los suelos Ferralíticos, son suelos viejos, situados en zonas llanas,  de menor fertilidad natural que los anteriores con contenido de materia orgánica no superior al 5%, ligeramente ácidos, muy apropiados para los cultivos menores y la caña. Los suelos Negros plásticos, son suelos nuevos, de alto contenido de materia orgánica muy apropiados para el cultivo de la caña; ocupan zonas llanas, muy susceptibles a la compactación.
Los suelos ferralíticos son predominantes en la llanura Habana Matanzas, abarcando las zonas de los Municipios, Alquízar, Quivicán, partes de Batabanó, Güira de Melena, Jovellanos, Martí. Abarcan amplias zonas de la actual provincia de Ciego de Avila en los Municipios de Morón y Ciego de Avila.
Los suelos fersialíticos abundan  en el territorio de la antigua provincia de Las Villas y gran parte de la actual provincia de Camagüey y de la antigua provincia de Oriente.
Los suelos negros plásticos presentes en el noroeste de la provincia de Ciego de Avila, algunas zonas de Camagüey y el Valle del Cauto.
La causa eficiente de la degradación de los suelos de Cuba se debe a la incapacidad sistemática del aparato burocrático centralizado,  a la ejecución de planes descabellados de producción y a la desidia de los dirigentes de las empresas estatales, así como a la carencia de un adecuado sistema de extensión agraria que divulgue entre los campesinos los últimos adelantos de la tecnología junto con un desabastecimiento de los insumos necesarios para la producción agropecuaria y un mercado libre de tierras.
Es interesante el razonamiento de Juan Pablo Pérez González, ingeniero agrónomo que actualmente trabaja como campesino en la finca de su padre en Pinar del Río, sobre el Decreto Ley 259 de la concesión de tierras en usufructo: “Desde el punto de vista productivo (la Ley 259) se desentiende de la propia historia y las cifras en los últimos años que han demostrado que para hacer producir la tierra de forma eficiente se necesita la propiedad; aunque la ley menciona el uso racional de los suelos pienso que los usufructuarios aumentarán la erosión de los mismos por varias razones: no pueden descansar las tierras ya que tienen que producir para cumplir un contrato estatal y vender los excedentes en el mercado extraoficial. Evidentemente porque lo que pagan las empresas estatales es insuficiente y porque los productores tratarán a toda costa de sacar los mayores beneficios en el menor tiempo posible previendo que en el futuro por disímiles motivos puedan perder las tierras. Con tantas presiones subjetivas y objetivas yo tampoco pondría las medidas de mejoramiento de suelos como una prioridad”. (Tierras en usufructo, monopolio estatal y desarrollo agrícola en Cuba) (http://www.convivenciacuba.es/)


II

De acuerdo con la Convención de las Naciones Unidas de lucha contra la desertificación, por degradación de los suelos se entiende la reducción o la pérdida de la productividad biológica o económica y la complejidad de las tierras agrícolas de secano, las tierras de cultivo de regadío o las dehesas, los pastizales, los bosques y las tierras arboladas, ocasionada, en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, por los sistemas de utilización de la tierra o por un proceso  o una combinación de procesos, incluidos los resultantes de actividades humanas y pautas de poblamiento, tales como: 1) la erosión del suelo causada por el viento o el agua; 2) el deterioro de las propiedades físicas, químicas y biológicas o de las propiedades del suelo y 3) la pérdida duradera de la vegetación natural.

Erosión.
De acuerdo con María Nery Urquiza el 23.9% de todos los suelos de Cuba están afectados por la erosión y el 7.7% presentando degradación de la capa vegetal, es decir un grado de erosión moderado que debe afectar entre el 25 y 75% del horizonte A. Sin embargo de acuerdo con datos del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) en 1995, la erosion abarca el 29% de las áreas agrícolas. La diferencia en cuanto a ambas cifras es que en las primeras se toma el total de tierra nacional incluidas las áreas no agrícolas y de montañas en tanto que la cifra del CITMA se toma como base el total de tierras agrícolas.
La revista digital CubAhora informó en su edición del 18 de octubre que el 43%  de las tierras agrícolas están afectadas por erosión fuerte o mediana, o sea, entre 25 y 75 % del horizonte A,  hasta 75 % del horizonte A más 25 % del horizonte B en este último caso una total falta de fertilidad del suelo.
Como muy bien define la Universidad Nacional Experimental Sur del Lago “Dr. Jesús María Semprúm” de Venezuela: “La erosión del suelo es un fenómeno complejo, en el que intervienen dos procesos: la ruptura de los agregados y el transporte de las partículas finas resultantes a otros lugares. Además de la pérdida de la capa de suelo, que contribuye a la desertización, las partículas arrastradas pueden actuar como vehículo de transmisión de contaminación (plaguicidas, metales, nutrientes, minerales, etc.). Se trata de un fenómeno natural pero que ha sido acelerado por las actividades humanas. La erosión puede ser causada por cualquier actividad humana que exponga al suelo al impacto del agua o del viento, o que aumente el caudal y la velocidad de las aguas de escorrentía”.

Aunque es cierto lo señalado por María Nery Urquiza de que los “suelos sueltos, arenosos, de buen drenaje están menos expuestos a la acción erosiva dado el hecho de que permiten el paso del agua hacia el interior del perfil. Sin embargo, en tal caso, son más sensibles a la erosión química. Los suelos arcillosos, mal drenados y con topografía ondulada o alomada, se hayan más expuestos a la erosión física”, es necesario agregar que también los suelos arcillosos con topografía llana pueden ser afectados por la erosión eólica debido a la desintegración de su estructura superficial por un aumento exagerado de las labores de gradeo y alisado. Esto mismo puede acontecer en los suelos sueltos, arenosos. El exceso de labores destruye la estructura de los agregados del suelo y posibilita la rápida mineralización de sus contenidos en materia orgánica haciéndoles más susceptibles a la acción erosiva de los vientos.

Desertificación

Según María Nery Urquiza, Cuba está afectada por la desertificación en 14% de su territorio (1 580 996 ha = 117 810 cab), una cifra realmente alarmante. La mayor extensión de desertificación de Cuba se presenta en el sur de la actual provincia de Guantánamo donde se presenta un paisaje típico de desierto. Por otra parte, el ingeniero geológico del CITMA de Camagüey señala que entre las zonas propensas a la desertificación  una de ellas es la zona norte, Camagüey-Tuna.

De acuerdo con el Dr. Gilberto J. Cabrera Trimiño del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana, con la colaboración de Nery Urquiza y Andrés Fuentes (México, 1997), el 60% del territorio cubano está afectado en diferentes grados, por los procesos que propenden hacia la desertificación y por la sequía: “Once de las catorce provincias del país, además del municipio especial Isla de la Juventud, poseen ecosistemas afectados, amenazados o son sensibles a los efectos degradantes de los factores climáticos y antrópicos”.

De acuerdo al mapa de Degradación de los Suelos (Escala 1:250 000) el 19.56 % de los suelos de Cuba están degradados, el 40.39% medio degradados,  el 31.28% poco degradado y solo el 8.67% de los suelos cubanos no están degradados.

El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en 1990 adoptó la siguiente definición de desertificación:
"Por desertificación/degradación de la tierra se entiende, en el contexto de la evaluación, la degradación de la tierra en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas derivadas de los efectos negativos de actividades humanas. Con arreglo a ese concepto, la tierra incluye el suelo y los recursos hídricos locales, la superficie de tierra y la vegetación o cultivos. La degradación entraña una reducción del potencial de recursos debido a un proceso o combinación de procesos que actúan sobre la tierra. Esos procesos incluyen la erosión hídrica, la erosión eólica y la sedimentación por esos agentes, la reducción a largo plazo de la cantidad o diversidad de vegetación natural, y la salinización o sodificación".
El Granma del 18 de octubre informó que alrededor del 76 % del territorio nacional está perjudicado por algunos de los procesos conducentes a la desertificación, los cuales se encuentran fundamentalmente en los extremos occidental y oriental, aunque el centro del archipiélago no está exento”. Refiriéndose a  lo planteado por la coordinadora del Programa Nacional de Lucha contra la desertificación y la Sequía en Cuba, María Nery Urquiza, Granma aseguró que para la detención del deterioro de los suelos se requieren “cambios en las tecnologías de cultivo, el uso de aguas de mayor calidad, sin influencia salina en el riego, drenaje de los suelos y cambio de las técnicas de irrigación”.
En mi opinión estas medidas que en realidad son necesarias, solo quedarán al nivel de buenas intenciones ya que la estructura socio económica sobre la que se levanta el sistema decadente del castrismo hará prácticamente imposible su implementación con resultados efectivos.
No obstante, el Granma cierra la nota informativa asegurando que más de 300 mil ha (22 mil 354 cab) han sido rehabilitadas en los últimos cinco años, es decir un promedio de 4 470 cab por año, cifra que me permito dudar.

Salinidad
De acuerdo con María Nery Urquiza, la salinidad “(…) es uno de los problemas más críticos que enfrenta la agricultura en Cuba, existiendo un millón de hectáreas salinas o salinizadas, de las cuales se calcula que aproximadamente 300 000 han sido dañadas por el riego con aguas de mala calidad y unas 600 000 ha fueron afectadas por el agua subterránea mineralizada, debido al aumento de áreas bajo riego. Camagüey no escapa de esto y a pesar que los datos computados por los servicios técnicos de la Dirección Provincial de Suelos y Fertilizantes se viene evidenciando un aumento acelerado de este fenómeno fundamentalmente en los macizos costeros del norte y del sur”. 
Las prácticas agrícolas incorrectas pueden influir en la salinidad de los suelos. La influencia mayor en este fenómeno es la utilización de agua de baja calidad en el regadío. La calidad del agua de regadío se mide por la combinación de salinidad y el contenido de sodio. La salinidad del agua se evalúa mediante la conductividad eléctrica a 25 grado Celsius. Se considera agua de calidad para el riego toda aquella que su conductividad eléctrica sea menor que 0.75 dS/m (deciSiemens por metro).
Matilde Borroto en un trabajo sobre la degradación de los suelos de La Habana y Pinar del Río anotó: “Estudios recientes de la región Sur de las provincias de La Habana y Pinar del Río demuestran que los suelos y las aguas de riego han aumentado su salinidad, trayendo como consecuencia que cultivos establecidos en y alrededor de la cota a un nivel 10 m, como son los pastos, la caña de azúcar y el arroz, hayan ido mostrando una caída paulatina de su nivel productivo. Este enriquecimiento de sales, unido a un riego no atemperado a las condiciones físico-químicas de los suelos, o a la presencia de un drenaje deficiente, hacen que la vegetación y cultivos se vayan degradando, condicionando sus sistemas biológicos de forma tal que solo sobreviven las especies y variedades más rústicas o tolerante al estrés”.
La Dra. Borroto expuso en un cuadro sobre la salinidad de los suelos de Pinar del Río por área y cultivo que la provincia estaba afectada en 15 438. 64 cab por salinidad en grado moderado y alto.
En muchas de las zonas afectadas por la salinidad, el principal factor actuante ha sido la intrusión salina que consiste en la penetración del agua procedente del mar hacia el subsuelo. En un acuífero costero existe un equilibrio natural entre el agua dulce que fluye hacia el mar y el agua salada marina que penetra parcialmente en forma de cuña apoyada en la base del acuífero.  La acción del hombre puede alterar este equilibrio natural por bombeo del agua dulce lo que permite el avance de la cuña salina. Si se extrajera toda el agua dulce, la salada inundaría el acuífero y el resultado sería la salinidad del suelo hasta niveles de alto grado.
El plan de Fidel Castro que pretendía embalsar muchas de las pequeñas corrientes fluviales sin un estudio previo de su impacto en el medio ecológico, privó de la debida defensa a los acuíferos costeros ante la intrusión salina. El resultado fue la afectación de importantes áreas del sur de Guantánamo y Matanzas. Esa fue la locura del programa de la Voluntad Hidráulica del comandante en jefe. Presentados como un logro, el gobierno castrista  divulga que en la actualidad se dispone de una capacidad de embalse de 7 485,1 millones  de metros cúbicos por la construcción hasta 1989 de 167 presas y micropresas, es decir, más de 7 millones de metros cúbicos de agua que se desviaron de los acuíferos costeros.


Compactación

Aunque no se reportan las áreas compactadas, esta condición está presente en un elevado por ciento de los suelos agrícolas de Cuba. Para la provincia de La Habana, Efrén Jaime Salgado, del Instituto de Geofísica y Astronomía del CITMA, reportó que el 17.4 % de los suelos de ese territorio presentan compactación intensa.  En suelos arenosos mal drenados puede presentarse una capa endurecida en el horizonte B con alto contenido de carbonatos y muy alcalina, denominada hard pan, un tipo natural de compactación. En suelos arcillosos la compactación que es la disminución de los poros del suelo se debe principalmente a una incorrecta preparación de los suelos, araduras superficiales que originan la formación de una capa endurecida conocida como piso de arado, laboreo con inadecuada humedad del suelo, o suelos muy húmedos o suelos muy secos, uso de equipos pesados, el exceso de labores principalmente de gradas y alisadores y el no uso periódico de las labores de subsolado. Las consecuencias son encharcamientos por mal drenaje, atmósfera anaeróbica del suelo y baja producción agrícola.

Acidificación

El Instituto de Suelo del Ministerio de la Agricultura ha reportado que 3,4 millones de hectáreas están afectadas por la acidificación en 14 tipos de suelos. En la región occidental la acidificación se presenta en el 25.48% de sus áreas; en la región central, el 29.81% y, el la región oriental, el 9,89%.

La asimilación de los nutrientes que aporta un suelo  presenta mejores condiciones cuando los suelos son ligeramente ácidos, es decir, con pH entre 6 y 6.5.  Los suelos con bajo contenido de Ca son más susceptibles a la acidificación. El contenido de calcio puede disminuir por la extracción de los cultivos o por las precipitaciones conteniendo gas carbónico que puede disolver la caliza del suelo.

Los fertilizantes pueden incrementar la acidez del suelo. Entre estos de carácter acidóforo se puede citar la urea [CO (NH2)2], el nitrato de amonio (NH4 NO3), el sulfato de amonio [(NH4)2 SO4], el fosfato monoamónico, el cloruro de potasio KCl, el sulfato potásico K2 SO4.

Contaminación de los suelos

El uso masivo de los fertilizantes químicos, de herbicidas de gran poder y pesticidas potentes fue la práctica habitual de lo que constituyó a nivel mundial la Revolución Verde. El uso indiscriminado de todos esos químicos contribuyó a la contaminación de los suelos. La aplicación masiva de fertilizantes de nitratos, en la caña y el cultivo de la papa, sin un control adecuado provocó la contaminación del manto freático por la solución del nitrato. La utilización masiva de herbicidas de alta residualidad y persistencia puede producir acumulaciones tóxicas en el suelo que afectan la fertilidad.

No se cuenta con datos oficiales de los suelos contaminados en Cuba por acumulación de metales pesados, plaguicidas, herbicidas y fertilizantes.

El problema de la contaminación de los suelos que pueda presentarse en Cuba no necesariamente puede culparse al sistema socio económico imperante en el país. Este es un problema a escala mundial.


Conclusiones
El castrismo como sistema político irremisiblemente tendrá que desaparecer algún día y ser sustituido por un sistema democrático que quizá presente deficiencias de formación y la necesidad del reordenamientos social, político y económico. Muchos serán los retos a los que tendrá que afrontar el futuro gobierno que sustituya al gobierno actual.  Tendrá que enfrentar el impacto negativo que el castrismo dejara en la conciencia cívica de los cubanos, en la reurbanización y en el medio ecológico.
El gobierno democrático tendrá que reorganizar la economía; resolver la cuestión de la tenencia de la tierra y elaborar una política efectiva de recuperación de los suelos que garantice, junto con el establecimiento de un campesinado libre, el desarrollo de una agricultura progresista y sostenible que asegure el abastecimiento de la mesa de los cubanos. Tendrá que hacer lo imposible por recuperar la destruida industria azucarera, si es que pueda haber algo de rescatable después que la incompetencia gubernamental la llevara al desastre.
El futuro Ministerio de Agricultura podrá contar con un cuerpo técnico calificado en agronomía, edafología y fitomejoradores. Cuba cuenta con especialistas muy calificados en estos temas. Si sus aportes al mejoramiento de la agricultura no son actualmente destacados no es debido a su falta de capacidad profesional sino a las estructuras burocráticas predominantes que limitan sus gestiones.
Los datos que oficialmente se han dado sobre la degradación de los suelos de Cuba, probablemente no abarcan la totalidad de esa degradación. Han sido muchos años de manejo incorrecto de los suelos y de abandono de las prácticas adecuadas de la agronomía. Cumplir los planes establecidos arbitrariamente en la agricultura era lo principal, aunque se reportaran cifras falsas; aunque se violentaran los suelos. El Plan por encima de todo.
Las feraces tierras cubanas ya no son lo que hace cinco décadas atrás. Los suelos sometidos a pésimos laboreos han dado su respuesta; recuperarlos representará un enorme gasto en labores y en capital invertido. Las medidas propuestas para la recuperación de la fertilidad de los suelos se complican en medio de una red burocrática que limitan su acción.
El Ministerio de la Agricultura, en virtud del artículo 109 de la Ley 81 Del Medio Ambiente, es el organismo encargado de dirigir, y controlar la aplicación de las medidas que se establezcan para el mejoramiento de los suelos, y esto en coordinación con el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, el Ministerio de Industria Básica, el Ministerio del Azúcar y otros órganos y organismos competentes no precisados en el instrumento legal. Sin embargo, el artículo 12 de esta Ley convierte al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiento en el rector principal de todo lo relacionado no solo con el medio ambiente sino también de todo el proceso de recuperación de los suelos. Todo un complejo tejido burocráticos en el que se entremezclan responsabilidades y se encumbran instituciones con nombres rutilantes y rimbombantes para recopilar estadísticas y publicar victorias, como siempre ha sido la pauta seguida por todos los organismos que en Cuba han estado relacionado con algún sector de la economía.
En el Granma se divulgarán los logros de la recuperación, la gran mayoría solo cumplidos en papel, mientras que en lo concreto, nuestros suelos continuarán degradándose, salinizándose, erosionándose, compactándose, acidificándose… La ruina de nuestra agricultura, si se mantiene el castrismo una década más en el poder, será espantosa. Cuba estará condenada a convertirse en un erial si antes no se elimina el inepto, criminal y usurpador régimen que los Castro y sus compinches han implantado sobre la tierra del Siboney.